miércoles, 30 de julio de 2014

30/07/2014 Este es el informe del DIARIO OJO sobre el accidente en Cajatambo

Familias completas mueren en Cajatambo

La mayoría de las 19 víctimas de bus viajaban para participar en celebraciones de Santa María Magdalena

La tragedia de Cajatambo (Lima) enlutó a 19 familias que decidieron alejarse del gris y frío clima de Lima para pasar un momento de 'relax' y diversión, sin imaginar que sería el fin de sus días. Los esposos Francol Balboa Osorio y Dominga Arce Armas habían planeado un paseo familiar desde hace varios días. El feriado largo por Fiestas Patrias era la fecha ideal. Sus hijas Jasmín y Jacqueline se sumaron a la travesía. El lunes ellos salieron de su hogar en San Juan de Lurigancho y por la tarde se embarcaron en el fatídico minibús de la empresa Alvarado. Esa sería su desgracia. Sus familiares cuentan que debido a la demanda de pasajes los Balboa Osorio no lograron conseguir boletos en las empresas formales que cubrían la ruta directa de Lima a Cajatambo. Así, los cuatro se trasladaron hasta Barranca para conseguir, como sea, un medio de transporte que los llevara al lugar elegido. Con boletos 'informales' en la mano se acomodaron en sus asientos y partieron en su último viaje. Los comerciantes Franco Balboa y Dominga Arce, así como su hija adolescente Jasmín, nunca más podrán ver la tarde taurina organizada en honor a Santa María Magdalena, patrona de Cajatambo. Sus ojos se cerraron para siempre cuando apenas les faltaba 10 minutos para llegar a su adorado pueblo. Solo Jacqueline, la otra hija, libró de la muerte y aún permanece en una cama del hospital de Barranca. Desde ayer Cajatambo, que se disponía a celebrar con algarabía a su patrona, está de luto por la muerte de 19 personas. Don Ulises Requejo, poblador de la zona, contó a OJO que horas antes de la tragedia una leve llovizna cayó como lágrimas amargas sobre este pueblo. Luego, un arco iris se dibujó en el cielo y lo que podría haber sido un espectáculo especial para una pobladora fue un mal presagio. Tanto así que se arrodilló y grito 'Dios, no nos castigues'. Esta mujer no se equivocó, el pueblo de Cajatambo llora.

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